miércoles, 4 de mayo de 2011

Convivencia Armónica

Convivencia Armónica

Una de las grandes dificultades de los padres y docentes  es saber cómo tratar la conducta agresiva de sus hijos ya que, a menudo, nos enfrentamos a la desobediencia y a la rebeldía de ellos. La agresividad y el matoneo escolar son trastornos que, en exceso, y si no se tratan en la infancia y la adolescencia, probablemente originará problemas en el futuro, cómo son el fracaso escolar, la falta de socialización, la fuga del hogar, la delincuencia juvenil, las dificultades de adaptación, etc. Normalmente, cuando una persona sostiene una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Por ejemplo, problemas de relación social con otros niños o con los mayores por no conseguir satisfacer sus propios deseos; problemas con los mayores por no querer seguir las órdenes que éstos le imponen; y problemas con adultos cuándo les castigan por no haberse comportado bien, o con otro niño cuando éste le ataca.

Con estos conflictos, los estudiantes se sienten frustrados y construyen una emoción negativa a la cual reaccionará de una forma agresiva o no, dependiendo de sus experiencias y modelos. El niño puede aprender a comportarse de forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o compañeros. Es por esto que la institución debe ofrecer a los estudiantes desde el área de educación Ética y en valores humanos algunas actividades, explicaciones y capacitaciones para superar de la mejor manera dichos comportamientos nocivos. Con las experiencias vividas en años anteriores, se puede concluir que la agresividad es un factor muy relevante dentro del desarrollo personal y educativo de los estudiantes; y que los docentes podemos ayudar mucho en mejorar el comportamiento de ellos, dando énfasis en el ámbito de convivencia y el desarrollo pacífico de los conflictos para así mejorar el bienestar estudiantil. Los casos cercanos vistos en la práctica confirman esta conclusión, si bien los niños y niñas agresivos son un gran porcentaje en los niveles observados, estos caen en lo anterior, padres agresivos niños/as agresivos, ambiente agresivo, niños/as agresivos y los que no lo eran se ven obligados a reaccionar así debido a que sus compañeros tenían incorporada la agresividad desde su hogar.  Es por esto que debemos tener muy claro que como docentes no solo nuestro trabajo estará enfocado en entregar aprendizajes pedagógicos, sino también inculcar valores y fortalecer la moral de los niños y niñas bajo nuestra tutela. Este proyecto surge al observar las dificultades que presentan los estudiantes para construir una convivencia escolar armónica. Observando como ellos se comunican entre sus pares y con los adultos en la institución, se puede ver que estos se relacionan mediante la agresión física o verbal, la descalificación del otro, el no ajustarse a las normas que están instituidas en la escuela, poniendo en riesgo a uno mismo y a los otros; y creando un ambiente poco propicio para la producción creativa que implica las tareas escolares. 
Proceso de formación UNAB - CPE

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